El término de brecha salarial es bien conocido en la sociedad actual. Gracias al esfuerzo conjunto de varios actores fundamentales en la sociedad (colectivos feministas, gobierno, ...) el papel de la mujer en España ha evolucionado muy favorablemente. Son muchos los hitos conseguidos desde 1918, año en el que nació la primera organización feminista de ámbito estatal, la Asociación Nacional de Mujeres Españolas. Hoy en día las mujeres tenemos acceso a la educación, al trabajo, al voto... gracias a la lucha de tantas en los últimos cien años.
Sin embargo, aún queda mucha batalla por delante. Como refleja esta noticia de El País la brecha de genero existente en el mercado laboral se traduce no únicamente en una brecha salarial. Si bien esta última sigue siendo una realidad contra la que es necesario seguir luchando, las mujeres tienen un elevado coste emocional, sustancialmente superior al de sus compañeros masculinos. Es especialmente reseñable la diferencia en los índices de bienestar emocional y malestar emocional, donde se evidencia que las mujeres tienen un riesgo mucho mayor de sufrir problemas de salud mental relacionados con estos ámbitos.
Sin ir más lejos, se observa como un mayor número de mujeres sufren depresión o ansiedad. Otro ejemplo es la gran diferencia entre bajas producidas por estos problemas, siendo un tercio de ellas de mujeres.
Uno de los factores que sin duda contribuye a estos hechos es la gran dificultad de conciliación existente, que recae en gran parte por parte de las mujeres. Como señala el Observatorio de Igualdad y Empleo, 8 de cada 10 mujeres tiene problemas de conciliación y corresponsabilidad en las tareas del hogar. Estos problemas también se observan en
Como muestran los datos publicados por el Instituto de las Mujeres en las encuestas sobre conciliación, las mujeres dedican mucho más tiempo al Hogar y la familia que los hombres. Otros ejemplos son el altísimo porcentaje de madres que se acogen a los permisos de excedencia por cuidado de hijos (en ningún caso por debajo del 80%), o la diferencia entre las duraciones medias de los permisos de maternidad y paternidad. En los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística sobre las actividades relacionadas con el cuidado y las tareas del hogar se observa lo mismo: una mayor carga para las mujeres para el cuidado de familiares, labores domesticas, cuidado de hijos...
No es de extrañar, visto el coste real que en el día a día pagan las mujeres en nuestra sociedad, que las cifras de empleo sigan arrojando diferencias en puestos directivos y asociados con mayor responsabilidad y remuneración. El camino pasa, sin duda, por replantearse los modelos educativos de niños y niñas, empujando así a las nuevas generaciones a tener una mirada más igualitaria. Esto se consigue en cada familia, enseñando a los más pequeños a ver a los demás como iguales en derechos, a responsabilizarse por igual en las asignaciones de las tareas de casa, cuidando especialmente las expresiones del lenguaje que generan desigualdad, y procurando no orientar en ningún modo a los más pequeños y pequeñas a jugar de una determinada manera en función del rol que suponemos debería tener.
Sin duda, el hecho de que existan figuras públicas de mujeres en modelos socialmente poco comunes, como las campeonas del mundo de la selección de fútbol, son una ayuda para que muchas niños y niñas cambien esta perspectiva y construyan, llevados de la mano por tantos agentes del cambio, una sociedad llena de oportunidades para todos y todas.
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Fuente de la noticia: https://elpais.com/economia/2023-10-04/la-brecha-de-genero-afecta-a-la-salud-emocional.html